lunes, 28 de diciembre de 2009
Mensaje de Navidad de Su Santidad Alejandro IX
Nuestro credo reza que Dios se hizo hombre ¡Que hermoso misterio el de la Encarnación! Por medio de aquel milagro, por medio de aquel suceso lo mas perfecto se encarno, se hizo carne a fin de que muchos alcanzaran la gracia de la Salvacion.
Nos, Alejandro, indigno Siervo del Señor dirijimos nuestras palabras a todos aquellos hermanos en la fe, aquellos que pertenecen a la verdadera Iglesia Catolica fuera de la cual es imposible salvarse y no se encuentra ninguna Gracia. En esta navidad no podemos sino renovar nuestros deseos de que el Hombre Perfecto, aquel que vino a la tierra en busca de los pecadores, de los perdidos, de aquellos que estaban extraviados, mas que por la gracia de la predestinacion al ver su Luz reconocieron al Salvador, ilumine el corazon de aquellos que aun estan en tinieblas y asi, convertidos a la fe verdadera puedan ingresar a la Iglesia de los Perfectos.
Todavía hoy lloramos la muerte de Nuestro Predecesor León XIV, quien inicio la obra de la restauración de la jerarquia catolica y que, desde el momento mismo de su elevación al Trono de Pedro no dejo de inistir en aquella vieja y hermosa enseñanza de la Iglesia de Siempre: aquel que era inmensamente rico se hizo pobre, nacio entre los pobres y llevo una vida austera y humilde. Y Dios se hizo hombre por nosotros, nos repite San Agustin, el mas grande de los teologos y filosofos del cristianismo… Dio se hizo hombre por los hombres y los hombres deben alegrarse por este misterio por el cual comienza la obra de la redencion. El Hombre perfecto, aquel que naciera sin pecado llego a la tierra, instalo su carpa entre los hombres y les dio la luz de la Verdad. Pero los hombres no quisieron ver la luz, porque estaban ciegos del odio, el rencor, la miseria… Mas a unos Dios le dio la posibilidad de ver. Hoy, carisimos hermanos ocurre lo mismo, Nuestro Señor le dio a unos pocos la posibilidad de ver la verdad, que es esta Iglesia que nosotros formamos, a los otros en cambio, los usara para demostrar su justicia cuando derrame entre nosotros, entre el remanente su misericordia.
Cristo ha nacido, y ha nacido para nosotros que somos su Iglesia, que somos la Iglesia de ayer, somo la Iglesia hoy, y que seremos la Iglesia triunfante, la Iglesia de los perfectos, la Iglesia de los predestinados… de aquellos que no mancharon sus vestiduras.
Con Nuestra Bendicion Apostolica…
Alejandro IX PP