Carta Apostólica Post-Sinodal
ECCLESIA CONGREGATA
De Su Santidad Alejandro IX
Felizmente Reinante
Leída al Sínodo de Mar del Plata
Y hecha pública para todos los fieles de la Santa Iglesia Católica
Y hecha pública para todos los fieles de la Santa Iglesia Católica
La Iglesia Congregada por el Espíritu Santo se reunió en la Ciudad de Mar del Plata a fin de ser consultada por Nos, quien por la Gracia de Dios, mas no por Nuestro Mérito la gobernamos en la tierra. Es así entonces, queridos hermanos, que entre los días 30 de enero y finalizó este Domingo de Quincuagésima, día 6 de marzo del corriente año 2011 de la Gracia. Como bien sabéis, sobre la marcha se trataron temas que no estaban en la agenda primitiva, e incluso Nos decidimos prorrogar el sínodo que debía concluir, según se había informado públicamente el día 27 de febrero.
El Sínodo reunido en la Ciudad de Mar del Plata, en Nuestra Residencia de verano ha realizado un gran trabajo que ha puesto al corriente a Nos, Alejandro IX, sobre los problemas que existen en la Iglesia y la reforma necesaria para mejor gobierno dela Barca de Pedro. Es así, entonces, que Nos hemos decidido, luego de una amplia consulta a toda la curia y a los treinta y dos obispos provenientes de diferentes partes del mundo, muy especialmente de Europa llevar adelante las acciones que fueran necesarias para que los peligros que parecen cernirse sobre la Iglesia sean destruidos. El Sínodo, que fue meramente consultivo, ha tratado y resuelto la agenda original. En primer lugar la seguridad de Nos, el Papa; en segundo lugar el segundo viaje apostólico que ha sido reclamado, especialmente por los obispos europeos; en tercer lugar la Iglesia en el Brasil y su rápido crecimiento; y en cuarto lugar la conveniencia o no de convocar a un Concilio Ecuménico. A estos temas originales, Nos agregamos la reforma de la Curia y las congregaciones romanas en el exilio y la discusión sobre varios temas más concernientes a la Fe y la Moral, que serán publicados y promulgados con el correr de los meses.
El Santo Padre desea agradecer a todos y a cada uno de los Cardenales y Obispos que trabajaron durante estas gloriosas jornadas. Sabemos muy bien la importancia que este acontecimiento tiene en la Iglesia, desde Hoy en adelante. Sabemos muy bien que todos los presentes llevarán de ahora en adelante el mensaje de Cristo en sintonía con las decisiones que el Santo Padre tome, a partir de lo discutido en el Bendito Sínodo de Mar del Plata. Jornadas gloriosas, decimos porque en ellas hemos escuchado a las Iglesias reclamar una reforma, es decir, la necesidad de volver a los modelos tradicionales. Hemos oído al rector del Seminario de Francia y el de Australia, nuestros queridos y amados seminarios internacionales, donde reciben educación y cobijo los jóvenes con vocación para el sacerdocio.
No escapó en ningún momento el problema que se vive en Centroamérica, donde la Iglesia parece estar prácticamente aislada, especialmente en Nicaragua donde nuestros sacerdotes han solicitado una y otra vez asistencia, no sólo espiritual, sino material. En África, en cambio el fortalecimiento que se ha vivido tras el Sínodo que allí se celebrara nos da el modelo que debemos seguir si queremos restaurar completamente la Iglesia Católica, tal como lo eran antes de la hecatombre que significó la usurpación de la Santa Sede por el hereje Roncalli. Por ello mismo, Nos, Alejandro IX hemos dado ordenes precisas a fin de enviar a Centroamérica delegados apostólicos con amplias facultades, y lo mismo haremos con Europa. En efecto, aún duele a la Iglesia el enfrentamiento reciente entre obispos de Rito Latino y Oriental en Alemania. Más duele aún el saber que ciertos anónimos han hecho circular panfletos y cartas aduciendo objeciones a nuestra Carta Apostólica “In Civitate tua” del ocho de septiembre del pasado año 2010 por el cual amonestamos por igual al Obispo Latino Karl María de la Compasión y al Obispo Ioanis de la Iglesia bizantina, en paz y comunión con esta Santa Sede. ¿Desde cuando hay en la Iglesia partidos? ¿Desde cuanto se deben tolerar grupos que atenten contra otros? ¡No! De ninguna manera Nos, podemos tolerar ese pertidismo, esas facciones en la Iglesia. Es por ello que hemos tomado medidas conducentes a poner fin a aquellos que desean destruir nuestra Unidad y que están trabajando para el Enemigo de la Iglesia, el Demonio.
Y tanto más nos duele, y por lo tanto más acciones hemos de emprender cuando sabemos que este espíritu faccioso ha llegado tan alto que arañó la misma Sede de Pedro. Por eso también fueron gloriosas las jornadas del Sínodo de Mar del Plata, porque aquí, interpelados por el Vicario de Cristo, obispos y cardenales, arzobispos y superiores, así como vicarios y todos los que ante Nos desfilaron debieron mostrar su verdadero rostro y sus sinceras intenciones. Y así, para que un miembro enfermo no contamine a todo el cuerpo, Nos, Alejandro IX hemos decidido reorganizar la curia.
Sabemos que las decisiones emanadas de este Sínodo serán resistidas por aquellos que desean debilitar a la Iglesia para así usurparla, empero, sabemos que Dios está de Nuestro lado, y que los apostoles de Satanás no tendrán sino la derrota en este combate.
Dado en Mar del Plata durante en la fiesta del Doctor Santo Tomas de Aquino
A los siete días del mes de marzo, , del año MMXI de la Gracia,
III de Nuestro Pontificado