domingo, 23 de octubre de 2016

Sesión VI del Concilio Ecuménico de Villa María

Sesión VI del Concilio Ecuménico de Villa María


El Santo Concilio, reunido en el Espíritu Santo, convocados por el Papa Alejandro IX, Siervo de los Siervos de Dios, ha procedido a oír a Su Santidad quien, por sí mismo dio la siguiente declaración y pidió que el Concilio Ecuménico votara a favor o en contra de su declaración.

Nos, Alejandro IX, consideramos que ciertos títulos conferidos al Papa a lo largo de los siglos han sido excesivos y han terminado creando caos y confusión en la Iglesia. Por ello y en virtud de Nuestra Autoridad, y considerando que la Iglesia necesita una urgente reforma en todas las ramas de su gobierno, Nosotros hemos decidido que todos los títulos y honores conferidos al Santo Padre sean evaluados críticamente.

Desde ahora en adelante, y sólo si vosotros lo autorizáis, se deberá emplear el título de Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Remanente. pero se rechazarán todos los honores y títulos que equiparen al Papa con Dios o su divinización.

Aunque reconocemos como históricos los títulos de Obispo de Roma, en el Exilio e incluso el de Vicario de Cristo, no los utilizaremos como oficiales y desaconsejamos su uso, tanto de parte de los fieles, como de los presbíteros, al igual que a nuestros sucesores en el Altísimo Cargo. No hemos de olvidar que no somos privilegiados, sino servidores de todos los hermanos en Cristo. Ningún título es más caro a Nos que el de Hermano en la Fe. Consideramos que el Primado del Sumo Pontífice queda intacto, al igual que los poderes de jurisdicción, pero que esta reforma que estamos llevando adelante requiere una participación más activa de las arquidiócesis y de los obispos en el gobierno de la Iglesia.

Los padres conciliares han oído al Santo Padre Alejandro IX y luego de consultar al Espíritu Santo, han decidido aceptar lo que de la boca del Sumo Pontífice ha salido.

Desde ahora:


  1. Reconocemos al Papa como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Remanente.
  2. Reconocemos como título oficial y alternativo el de Patriarca de la Iglesia, Príncipe de los Obispos y Cabeza del Colegio Episcopal.
  3. Reconocemos como inspirado por el Señor el que de ahora en adelante, los títulos del Sumo Pontífice sean reglamentados, y se priorice ante todo el carácter de servicio para la Santa Iglesia.
  4. Por esta razón, y para evitar futuras confusiones, hemos decidido que el Papa puede utilizar los siguientes títulos:
Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, Vicario de Cristo, Sucesor del Príncipe de los Apóstoles, Portador del Espíritu de Profecía, Sucesor de San Pedro, Siervo de los Siervos de Dios, Patriarca de Occidente, Patriarca de Villa María, Primado de Argentina, Arzobispo y Metropolitano de Buenos Aires, Soberano de Villa María, Heraldo del Señor Dios de los Ejércitos, Defensor de los Derechos de Dios y de la Iglesia, Igual a los Santos Apóstoles y Siervo de los Siervos de Dios.



Todo esto lo mandamos y lo aceptamos, lo reconocemos y lo promulgamos, unidos en el Espíritu Santo y por nuestra autoridad, como revelado por Dios para el mejor gobierno de su Santa Iglesia, quedando en el Sumo Pontífice la desición sobre cuales de estos títulos emplear.


Dado en Villa María,
23 de octubre del año 2016.