SERMÓN DE SS ALEJANDRO IX
EN LA APERTURA AL CONCILIO ECUMÉNICO DE VILLA MARÍA
Queridos hermanos
¡La Paz del Señor Jesucristo esté ahora y siempre con todos
vosotros!
Es para mi un gran honor el dar apertura a este Sacrosanto
Concilio Ecuménico, aquí en la Santa Sede en el Exilio. En este lugar tan
especial y tan querido por todos nosotros: sacerdotes, obispos, patriarcas,
teólogos, seglares y hermanos religiosos se han llegado desde lugares muy
distantes para estar aquí, este día y los siguientes y así, congregados en el
Espíritu Santo, poder dar voz a la Iglesia Católica Remanente en este tiempo de
Tribulación y Angustia.
Como bien sabéis, este Concilio es la expresión del deseo y
de las oraciones de muchos de los legítimos pastores dela Iglesia. Lo más
importante, es que es el fruto de la paciencia de los fieles en contra de los
arrebatos de aquellos que deseaban hacer todo a su propio tiempo y no al tiempo
de Dios.
Todos nosotros tenemos el privilegio de ser hoy testigos de
la lluvia tardía de la que habla la
Escritura y de la que profetizaron tantos santos hombres de Dios. Hoy, el Señor
ha puesto el inicio de un nuevo tiempo en la Iglesia Militante, que pasará
pronto a ser la Triunfante.
Algunos de ustedes me dirá “¿Cómo es que el Santo Padre
parece tan feliz ante un futuro que, a corto plazo se ve tan negro?”. Nuestra
respuesta es clara: El futuro cercano es malo desde el punto de vista humano,
pero tanto el cercano como el lejano es bueno en términos celestiales. Sabemos
que Cristo triunfará y con él triunfará su Iglesia, que somos nosotros.
Este Santo Concilio se ha reunido, por el pedido de todos
ustedes y porque Nos hemos llegado al convencimiento de que la Iglesia está
preparada para tratar todos los temas que serán capitales de aquí al futuro.
Estamos preparados para que el Espíritu Santo haga manifiesta la Verdad
Presente.
Por eso, hermanos, en virtud de que los temas que hemos de
tratar son urgentes, es que he convocado a todos ustedes para el día sábado 10
de septiembre para la Segunda Sesión del Sacrosanto Concilio Ecuménico de Villa
María.
El Señor derrame su bendición sobre todos nosotros y nos de
la fuerza para llevar adelante esta comisión.