Bula
Convocatoria del Sagrado Concilio
Ecuménico
de Villa María
ALEJANDRO,
OBISPO, siervo de los siervos de Dios: para perpetua memoria
A
todos nuestros hermanos en paz y comunión con la Santa Sede Apostólica en el
Exilio
La Iglesia de Dios, a lo largo de su historia,
convocó por medio del Príncipe de los Apóstoles, a Concilios Ecuménicos, a fin
de tratar temas puntuales y purificar a la Iglesia, extirpando las herejías y
señalando los errores puntuales que el Enemigo de la Salvación de los Hombres
quería introducir en la Barca de la Salvación.
Por eso mismo, la Iglesia Católica Apostólica
Remanente, la Iglesia en el Exilio, desde el momento mismo en el cual fue
levantada por Dios, respondiendo al llamado de salir de Babilonia, tuvo como
uno de sus objetivos la llamada de los legítimos pastores para definir nuestra
fe de manera sistemática y así poder dejar en claro para todos los hombres de
buena voluntad, pero muy especialmente para nuestros fieles, en qué se
diferencia la Iglesia de Dios de la Iglesia de Satanás, Babilonia, la Gran
Ramera.
Este deseo, fue expresado por el nuestro querido y
amado predecesor, San León XIV, quien convocó a una reunión conciliar en la que
fuera residencia apostólica en la Ciudad de Moreno. Dicha asamblea conciliar,
dio grandes frutos que no pudieron ser reconocidos de manera inmediata: por un
lado, permitió que la Iglesia reconociera fácilmente a los agentes de Satanás
que se infiltraron en ella para intentar hacer fracasar el plan de Dios. En
dicha reunión, se tomaron grandes decisiones que, con la muerte del Papa San
León XIV y el intento de usurpación por parte de los satanistas y modernistas,
no pudieron ser puestas en práctica.
Nos, que por aquel entonces participamos de forma
activa en el Concilio y denunciamos la heterodoxia de algunos elementos, ni
bien fuimos elevados al Sumo Pontificado, suspendimos de manera progresiva
todas y cada una de las decisiones de la Magna Asamblea, y terminamos,
finalmente, ordenando que los documentos, que no habían sido promulgados y
reglamentados, fueran derogados y prohibimos a todos los fieles y clérigos,
cualesquier apelación al Concilio Inconcluso de Moreno, que además, ordenamos
fuera borrado del catálogo de los Concilios Ecuménicos.
No obstante estos antecedentes, y las graves
tormentas que la Iglesia Verdadera viene sufriendo desde la Restauración del
Pontificado, y considerando que se han cumplido ya diez años desde aquel
histórico acontecimiento, nos hemos decidido:
PRIMERO: Convocar a todos los Cardenales, Obispos,
Vicarios Episcopales, Superiores y Priores, así como a teólogos y expertos a un
Concilio Ecuménico en Villa María, Santa Sede en el Exilio.
SEGUNDO: Ordenar que las Sagradas Congregaciones de
la Curia cesen dentro de cinco días de promulgado esta bula, cualesquiera de
sus negocios ordinarios y que se pongan a trabajar de inmediato, en la redacción
de los esquemas que Nos hemos remitido con fecha del 9 de junio del año del
Señor 2016.
TERCERO: Establecer que la Primera Sesión del Concilio
Ecuménico de Villa María se realice el día 8 de septiembre del Año 2016 de
Nuestro Señor, festividad de la Natividad de la Santísima Virgen María.
CUARTO: Convóquese a todos aquellos que se han
separado de la Iglesia Católica desde el día 25 de marzo del año 2006 de la
Gracia, a fin de que, siendo oídos y resueltos los puntos de disputa, puedan
volver al Seno de la Iglesia Verdadera.
QUINTO: Trátense además aquellos temas que han sido
anunciados como urgentes en todos los Sínodos que la Iglesia ha celebrado desde
la Restauración del Pontificado, y todas aquellas otras cosas urgentes, en
materia de fe y disciplina, que los obispos han considerado oportunas para la
Iglesia Católica Remanente.
Todo esto lo mandamos y decretamos Nos, Alejandro
IX, Siervo de los Siervos de Dios, por nuestra Apostólica Autoridad.
Dado
en Villa María, Santa Sede en el Exilio,
A
los 20 días del mes de Junio del año MMXVI de la Gracia
VIII
de Nuestro Pontificado
X
de la Restauración del Papado