jueves, 2 de abril de 2020

Encíclica Sanctam Ecclesiam Catholicam sobre la Semana Santa durante la pandemia del Coronavirus


Carta Encíclica
Sanctam Ecclesiam Catholicam
De Nuestro Santísimo Señor
Alejandro IX
Por la Gracia de Dios
Papa de la Iglesia Católica Apostólica Remanente



La Santa Iglesia Católica Remanente es la única Iglesia Verdadera. Esta es una verdad que vosotros los fieles conocéis, pero no siempre estáis dispuestos a proclamar. En estos tiempos de crisis que estamos viviendo, en los que una nueva plaga azota a la humanidad, es necesario permanecer fieles como nunca antes a la Palabra de Dios, a la Santísima Tradición Católica, todo lo cual se resume en la obediencia y sumisión a la verdadera Iglesia.

En las últimas décadas, especialmente desde la entronización de Satanás y la apostasía de Roma hubo gran cantidad de epidemias que advirtieron a la humanidad sobre el rumbo que tomaba. Al mismo tiempo, muchas apariciones marianas nos advertían sobre la necesidad de entregarnos a la oración, la penitencia, el arrepentimiento. La Orden de Nuestra Señora de la Compasión nació precisamente de estos pedidos de la Santísima Virgen María, y en los últimos meses, al comprobar la verdad de las apariciones de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, estamos más y más convencidos de que somos la Iglesia Católica de Jesús y María, la única Iglesia en la cual se dan los cinco dogmas marianos. Estos cinco dogmas son:

La Perpetua Virginidad de María.
Divina Maternidad de la Augusta Virgen María, Madre de Dios.
La Inmaculada Concepción de María.
La Asunción en Cuerpo y Alma de la Virgen María.
Y la Corredención de la Santísima Virgen María.

Estos cinco dogmas deben ser creídos por todos los fieles. No obstante, una comisión teológica especial está trabajando en una pronta proclamación y definición sobre otros dogmas marianos que enaltecerán la devoción que los fieles tienen por la Augusta Madre de Dios, la bienaventurada Virgen María.

En medio de esta situación, en la que la Iglesia se aferra y se coloca bajo el manto protector de la Virgen María, vemos como el Coronavirus o COVID-19 avanza matando a miles de personas en todo el mundo. Gracias a Dios no tenemos noticias de fieles de la Iglesia Remanentes contagiados al momento. Tenemos a todas las familias de la Iglesia Católica Remanente en nuestras oraciones para que Dios preserve la salud de ellos. Esta situación se hace muy especial en esta Semana Santa, pues ahora los gobiernos mundiales han decretado cuarentenas, aislamientos y persiguen a quienes deciden no cumplir con estos decretos, enviándolos a la carceles o colocándoles multas.

Se nos informó, por las autoridades locales en distintas partes del mndo que nuestros centros de reuniones, nuestras capillas, parroquias y catedrales debían permanecer cerradas. Hace tan sólo una semana, una inspección del gobierno municipal se apersonó en la entrada de Villa María con una orden para realizar una inspección ocular para ver qué medidas de seguridad estábamos tomando. Naturalmente dimos la bienvenida a las autoridades seculares, mostrándoles Villa María, la Sede Apostólica en el Exilio, pero también les dejamos en claro que no aceptaríamos ser perseguidos ni vigilados. Se nos notificó que no podíamos realizar reuniones y que la Catedral de Nuestra Señora de la Compasión tendría que estar cerrada.

Nos dijimos a estos hombres: “Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Les mostramos que habíamos confeccionado barbijos y tapabocas, y que los estábamos repartiendo de manera gratuita. Les mostramos los alimentos y víveres que aún nos quedaban por repartir y les aclaramos que no podíamos dejar desamparados ni espiritual ni materialmente a tantas personas.

Luego de que los inspectores se retiraron, Nos convocamos a una reunión en la Catedral, a la que asistieron todos los que estaban en Villa María. Allí, luego de una profunda oración e invocación al Espíritu Santo, Nos decidimos que las celebraciones de Semana Santa no se interrumpirían. Hemos decidido, que se recibirá a todos los fieles del mundo que tengan la posibilidad de acercarse a Villa María como venimos haciendo desde hace doce años. Sabemos muy bien que este año, por las medidas que se tomaron muchos no podrán estar, pero no será por su voluntad, sino porque los gobiernos lo impiden. No nos importa. Quienes no puedan presentarse ni a Villa María, ni a las capillas por ser interceptados por los gobiernos, quedan exceptuados de sus deberes de asistencia. No obstante, y como hemos dicho en una comunicación privada con las diócesis de Europa, las Iglesias y centros de Misa permanecerán abiertos y los sacerdotes celebrarán puntualmente los oficios para el pueblo que asista.

Es cierto, debemos obedecer a las autoridades, pero antes debemos obedecer a Dios.

En esta obediencia conviene recordar cuál es la causa del Coronavirus o COVID-19. En vano se especula si es un virus de laboratorio, o si “apareció” de casualidad. Más allá de todas esas especulaciones debemos recordar que esta enfermedad nació en China, en la China Comunista que mata a cristianos todos los días, muchos de los cuales jamás escucharon ni conocieron de la Verdadera Iglesia. Nuestros fieles allí en China nos informaron de cómo tras la pandemia del COVID-19 la persecución de las autoridades comunistas aumentó, demostrando así que el comunismo es Satánico y que no puede haber ninguna alianza con él. Muchos de nuestros fieles abandonaron las ciudades y se han refugiado en el campo.

Esta decisión de abandonar las ciudades es aplaudida por Nos. En efecto, en el año 2008 Nos decidimos que no teníamos lugar en la Ciudad de Moreno, dónde estaba el Palacio Apostólico y vinimos con obispos y sacerdotes a Villa María. Aquí vivimos en armonía con la naturaleza, creación de Dios. Trabajamos la tierra, construimos con nuestras propias manos nuestras habitaciones, edificamos… hacemos el trabajo manual dando honra y gloria a Dios. En los últimos años Villa María también acogió a familias que decidieron escapar de la locura y la muerte que implican las ciudades, llenas de homosexualidad, delitos, prostitución, propaganda abortiva y gobiernos corruptos.

El modelo de Villa María se replicó en todo el mundo y funciona. Es el modelo de Dios frente a la Ciudad del Diablo.

Y el modelo de Dios ofrece una protección frente al COVID-19 que es un nuevo castigo de Dios para el mundo.

Hermanos, en esta Semana Santa, no sólo debemos observar todas las celebraciones, sino que debemos hacerlo con más y más fervor, demostrando que no tememos ni a la plaga del COVID-19, ni a los gobiernos de Satanás que nos amenazan con la cárcel o las multas con unas cuarentenas que no son, sino, un intento de instalar una tiranía mundial. Ordenamos por lo tanto y autorizamos a no obedecer a los gobiernos seculares y les recordamos a nuestros fieles que Dios está antes, que Dios está primero y que, bajo el manto de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, encontraremos la Paz y la seguridad ante la pandemia de Coronavirus.



ALEJANDRO IX
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Dado en la Santa Sede Apostólica de Villa María
Jueves 2 de marzo del año 2020
Año XI de Nuestro Pontificado