sábado, 26 de diciembre de 2020

Mensaje de Navidad 2020 de Su Santidad Alejandro IX

 El siguiente mensaje fue pronunciado por Su Santidad Alejandro IX en la Misa Pontifical de Navidad, en la Catedral de Nuestra Señora de la Compasión, en Villa María. 


Hermanos en cristo


El evangelio del día de hoy es uno de los más hermosos, porque recordamos el misterio de la Navidad, hoy recordamos el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, quien siendo Dios se hizo hombre, padeciendo por nosotros, sufriendo la ignominiosa muerte, la muerte de la Cruz para redimirnos de las garras del pecado y de la muerte.

Hoy, muchos no tienen los enormes beneficios y privilegios con los que gozan los aquí presentes. Las familias que se reunieron en esta Catedral para presenciar esta Misa Pontifical, a comulgar, a orar con los hermanos. ¿Por qué? Porque las falsas Iglesias decidieron cerrar las puertas de sus templos a Satanás. Por eso mismo hoy, aquí, en Santa María, en este rinconcito de la Provincia de Buenos Aires, se está dando a Dios el culo que es debido.

Lo hacemos en un contexto como el que muchos jamás hubieran imaginado. ¿Por que? Simplemene porque desconocen las profecías. A quienes decidieron ignorar los mensajes de advertencia que aparecen en las Sagradas Escrituras y también que Dios permitió que llegaran a los suyos por medio de tantos videntes a lo largo de la historia, cuando se desató esta pandemia, no nos sorprendió. De hecho, cuando estallaron lso prologuemos de la persecución religiosa, ordenando que los templos se cerraran, Nosotros dimos precisas intrucciones: la MISA  NO PUEDE SER INTERRUMPIDA. Y no lo será nunca más, hasta que Cristo regrese, Nos y todos los fieles que estén en paz y comunión con la Santa Sede tendrán los sacramentos válidos y legítimos. Hay afuera, esta misma noche, más de mil sacerdotes celebrando la Santa Misa, con los puñados de fieles que se han podido movilizar a nuestros cenáculos, para tener el privilegio que otros muchísimos católicos no tienen. Pero ¿Qué es de esos católicos dispersos que no pudieron llegar a la Santa Misa esta noche santa y bendita? Ellos han recibido por correo instrucciones para la celebración en sus casas, y hasta tanto tengamos los sacerdotes suficientes, queridos hermanos, queridos amigos, estamos prepando un servicio litúrgico especial para que el padre de familia, o algún fiel preparado, pueda llevarlo adelante.

Este año fue de los más difíciles. ¡Y eso que nuestro pontificado estuvo jalonado por dificultades desde el inicio! Pero esta crisis nos tomó preparados. En menos de cinco días la Iglesia Católica Remanente se reorganizó y pudo asistir a los fieles, porque la misión de la Iglesia es ser el arca de salvación de los hombres que creen en Cristo Jesús.

Por eso, mis hermanos, este año quiero que tengamos nuestros diez minutos de oración, como cada Navidad, agradeciendo a Dios por todas las bendiciones de este año, por el beneficio de la Santa Misa, por los sacerdotes y obispos que se han movido de un país al otro para llevar a las almas de los fieles el pasto espiritual. También, mis hermanos y amigos, pidamos a Dios por la salud de aquellos que están enfermos, que fortalezca en la fe a quienes dudan y que socorra a quienes están en las tinieblas.


Pidamos todo esto a Nuestra Señora de Todos los Pueblos, patrona de Nuestra Santa Iglesia y protectora de esta Santa Sede en el Exilio.