Resolución sinodal Número II
Sobre la simonía y el derecho de estola
El IV Sínodo de Mar del Plata, convocado por el Santo Padre
Alejandro IX, ha estudiado con mucho detenimiento e estado de situación que
presentaron los arzobispos, obispos, vicarios apostólicos y episcopales
referente a los sufragios que los vivos suelen hacer por los fieles difuntos.
Estos sufragios, que tienen a bien el alcanzar indulgencias
por las almas de aquellos que murieron en la esperanza de la Resurrección, y por
los cuales la Iglesia ora y siempre ha orado, han sido objeto de mucha
confusión en el pasado como en el presente.
Si bien la Iglesia siempre ha visto con ternura y con
admiración a los fieles que entregaban donaciones para la celebración de Misas
por los difuntos, o que realizaban otro tipo de obras pías, el Santo Padre ha
señalado en varios sermones, conferencias y reuniones
consistoriales que era de su agrado que los sacerdotes celebrasen esas misas
sin solicitar emolumento alguno a los fieles. De la misma manera, en varias
diócesis los sacerdotes llegaron a rechazar todo estipendio por Misas de
difuntos y por bautismos.
El Santo Padre, luego de haber consultado a los Padres
Sinodales y de profunda meditación, propuso ante estos la siguiente resolución:
En la Iglesia
Católica Remanente, los sacerdotes no recibirán ningún estipendio que no sea
absoluta y totalmente voluntario. Solicitar un estipendio, bajo la escusa de
derecho de estola será considerado simonía, y el pesbítero u obispo que así lo
hiciere quedará, por el mismo hecho fuera de la Comunión.
Los Padres Sinodales aprobaron por unanimidad la propuesta
del Santo Padre.