Queridos hermanos.
Es un gran motivo de alegría poder dirigirnos a todos ustedes en este día tan especial. Debo informarles que no meditaremos hoy sobre el Evangelio, sino que, omo bien sabéis, es el primer domingo desde la clausura del II Sínodo de Mar del Plata y es necesario que hagamos un informe a ustedes sobre lo que allí ocurrió.
La reunión sinodal que, por la Gracia de Dios presidimos ha sido mucho más larga de lo que esperábamos, es cierto, pero también confiamos que sea más fructífera. Como en toda reunión de este tipo existieron acalorados debates que se prolongaron en varias sesiones, posiciones encontradas e importantes discusiones demostraron a todos los presentes que estamos viviendo una época de grandes transformaciones, donde la Tradición Católica debe encontrar la manera de poder luchar contra el modernismo que ha triunfado en la sociedad moderna.
Si algo ha quedado claro en el II Sínodo de Mar del Plata es que no podemos volver simplemente al modelo eclesial de 1958. Entre los tradicionalistas ese es el sueño. ¿Qué buen católico no esperaría que el Vaticano II fuera simplemente una pesadilla? ¿A quién lo gustaría ir a la parroquia del barrio y recibir los sacramentos en la liturgia de siempre, el catecismo en el magisterio de siempre? Pero las cosas son muy diferentes y es por ello que el Sínodo ha discutido especialmente sobre eclesiología y sobre pastoral.
Quisiéramos, hacer una pequeña crónica sobre el Sínodo.
Congregados en el Espíritu Santo, los Padres Sinodales y Nos, invocamos la protección de Dios Omnipotente para nuestra reunión. Lo primero que se realizó fue un abierto estado de la cuestión sobre la situación en la que se encontraban las diócesis y parroquias representadas, así también como la lectura de los informes provenientes de aquellas jurisdicciones que no podían estar presentes. Con los Padres Sinodales oímos sobre la situación, siempre dificultosa de la Iglesia en este mundo moderno. Los grandes progresos en el Brasil contrastan con la situación que vivimos en Centroamérica y en algunas regiones de Europa. Conclusiones preliminares ¿Se puede decir que fracasamos? No lo creemos. Lo que podemos creer es que el modelo de expansión no ha sido el mejor. Precisamente en aquellos lugares donde se fundaron parroquias rápidamente, en aquellos lugares donde un grupo se convirtió en masa a la Fe verdadera, donde una congregación herética o cismática pasó a la Iglesia de Dios es donde, por paradójico que parezca tuvimos mayor cantidad de problemas. El objetivo de estas congregaciones que venían a la Fe no era siempre expandir el Evangelio, sino mantener su propia estructura. En cambio, allí donde el celo estaba puesto en el Apostolado la Iglesia floreció. También notamos que la búsqueda del edificio no siempre coincidió con el de la Iglesia. En Alemania tenemos hermosos templos vacíos, pero también los fieles se reúnen y reciben los sacramentos en alguna casa particular o a lo sumo en una capilla muy humilde... con más éxito que en un templo grande y bonito. Vamos a la realidad: el factor distancia es importante.
En Brasil, según nos informó el Catolicós Makarios el modelo de la «Home Church» y de la misión ha sido una clave de éxito. La carta que el Patriarca de los Sirio-Malankara y Primado del Brasil enviara fue de gran ayuda. En efecto, la Iglesia del Brasil (bendita por Dios, querida por la Santísima Virgen) ha tenido un crecimiento espectacular. Periodicamente recibimos información sobre nuevos sacerdotes, postulaciones para las sagradas órdenes, conversiones masivas. ¿Cómo puede ser esto real? el Cardenal Emilio Javier de la Compasión lo explicó:
«Nadie puede dudar del poder del Altísimo, quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho, quien peca y se arrepiente y trabaja por la obra de Dios es recompensado, allí está el camino de la Iglesia Sirio-Malankara. Mientras algunos de nosotros por años estábamos discutiendo acuerdos con congregaciones a fin de incorporar sacerdotes, Makarios formó sus propios sacerdotes con celo evangélico.»
Las palabras del Cardenal Secretario de Estado fueron seguidas por las del Cardenal Paloupos y el Cardenal Blackhill quienes insistieron en la función misionera de la Iglesia. La fundación de monasterios donde se formen misioneros, donde la vida contemplativa esté en perfecta comunión con la vida apostólica es fue y será siempre el gran don de la Iglesia, afirmó el Cardenal Papaloupos que llegó, precisamente para informar sobre las misiones en Oriente. Él, gran misionero, ha fundado varios monasterios en Siria, Jordania, Arabia e Irak. Su campaña no fue agresiva, pero fue eficiente. También nos contó de la persecución en Iraq y en Irán y pidió ayuda para estos fieles y sacerdotes.
Lo segundo que se discutió fue la revisión del modelo de incorporación de clérigos. Todos recordamos aquella época, casi dorada según creíamos en la cual recibíamos correspondencia de lugares muy distante. Sacerdotes y obispos, a veces por decenas nos pedían ingresar a la Iglesia. Les informábamos sobre nosotros, sobre nuestra estructura, sobre la Restauración de la Silla Apostólica y ellos respondían con alegría. Pero... pero... muchos nos abandonaban al poco tiempo. La herida más reciente fue la de los Palmarianos, quienes se infiltraron y reorganizaron su secta y su herejía, expandiéndose como un veneno por España, renovados en su locura y utilizando Nuestro Nombre y nuestros recursos. Las medidas que aplicamos sirvieron para que estos herejes se fueran, para que aquellos que realmente se convirtieron permanecieran fuertes en la fe. ¿Y los fieles? Porque si algo se perjudicó fue el alma de muchísimos fieles a quienes ellos atendían, muy especialmente en España, fieles mismos que no dudaron un segundo en ir tras los palmarianos tras su excomunión.
Hemos revisado con mucho cuidado el ingreso de sacerdotes ordenados fuera de la Iglesia. El proceso es más complejo, pero es más seguro y más conforme con la Tradición, a fin de que los pecadores no inciten más la ira de Dios y con ellos arrastren a los más debiles.
Finalmente, esto nos lleva al tercer tema: la reforma del Código de Derecho Canónico. La comisión que redactará el nuevo Código está trabajando desde hace un tiempo. El nuevo código remplazará al anterior y se ajusta a nuestras necesidades y a nuestro tiempo.
Hubo también otros temas: Misas, disciplinas, revisión de los seminarios, discutimos sobre las mejores maneras de formar sacerdotes nuevos... todo esto, queridos fieles y amigos pronto sera publicado.
No queríamos que pasara un domingo más sin que supieran todos cuales fueron los principales temas a discutir en el II Sínodo de Mar del Plata.
Pedimos a todos ustedes que no cesen de orar a Nuestro Señor porque estas metas se cumplan y que en muy poco tiempo, podamos ver los frutos de esta reunión Sinodal.
Ave María Purísima...
SS Alejandro IX.
Siervo de los Siervos de Dios.