jueves, 30 de abril de 2020

Nuestra Señora de Todos los Pueblos Patrona de la Iglesia Católica Remanente

El 25 de marzo de 1945 la Stma. Virgen se apareció en Ámsterdam a Ida Peerdeman (†1996).
Esa fue la primera de 56 apariciones que ocurrieron entre los años 1945 y 1959.

El 25 de mayo de 2017, el Cardenal Raphaël Auguste de la Compasión, Arzobispo de la Diócesis de Francia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo hizo una declaración escrita sobre la autenticidad de las apariciones de la Santísima Virgen María como la Señora de todos los Pueblos:

“En mi calidad de Arzobispo, y luego de un profundo y detallado estudio, a lo que debo sumar las constantes consultas a la Curia Pontificia, y luego de haber orado, reflexionado y pedido la guía de Dios Nuestro Señor y de Su Santidad Alejandro IX, puedo constatar que las apariciones en Ámsterdam de la Virgen María fueron de orden sobrenatural”.

La Santísima Virgen se manifiesta bajo una nueva advocación: “La Señora de todos los Pueblos”. En este tiempo Ella desea ser conocida y amada por todos con ese nombre.

De forma profética nos ha dado sobre todo una impresionante visión de la situación de la Iglesia y del mundo. En sus mensajes, la Santísima Virgen María, la Señora de Todos los Pueblos revela poco a poco un plan con el cual Dios quiere salvar al mundo prepararlo a una nueva efusión del Espíritu Santo por medio de la Madre Divina. Por esto Ella da a los pueblos y a las naciones una imagen y una oración. 


Y la oración es:

SEÑOR JESUCRISTO,
HIJO DEL PADRE,
MANDA AHORA TU ESPÍRITU
SOBRE LA TIERRA.
HAZ QUE EL ESPÍRITU SANTO
HABITE EN EL CORAZÓN DE TODOS LOS PUEBLOS, PARA QUE SEAN PRESERVADOS
DE LA CORRUPCIÓN, DE LAS CALAMIDADES
Y DE LA GUERRA.
QUE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS,
LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA,
SEA NUESTRA ABOGADA.
AMÉN.


El Santo Padre Alejandro IX, por medio de la Bula Papal Foederis arca proclamó a Nuestra Señora de Todos los pueblos como Patrona de la Santa Iglesia Católica Remanente, siendo junto con la advocación de "Nuestra Señora de la Compasión" las que otorgan gracias especiales.

De todos los grupos que se dicen católicos, solo la Verdadera Iglesia, la Iglesia Católica Remanente reconoce y acepta a Nuestra Señora de Todos los Pueblos, e invita a todos los hombres a conocerla, amarla y venerarla en la Verdadera Iglesia de Jesucristo y María.

lunes, 27 de abril de 2020

Coronavirus y la Iglesia Remanente

COMUNICADO DE PRENSA
CORONAVIRUS Y LA IGLESIA REMANENTE



Hace unos meses, muchos de nosotros ignorábamos la existencia de algo llamado "coronavirus", pero hoy, palabras como COVID-19, CORONAVIRUS o como algunos con justicia la llaman: "La plaga roja" son habituales. Las escuchamos todo el tiempo, las vemos en los periódicos, las oímos en los programas de radio, televisión y por supuesto en Internet.

Esta pandemia afectó nuestras vidas de manera radical. Muchos de nosotros estamos confinados y nuestras vidas nunca más volverán a ser iguales. Miles de personas han muerto, otros tienen a sus seres queridos internados en terapia intensiva, muchos están contagiados y ni siquiera lo saben. Las desgarradoras imágenes de Ecuador golpearon mucho en nuestros corazones. Nuestros cuatro sacerdotes, los padres Eliseo Gabriel de la Compasión, Basilio de Santo Tomás la Compasión, Juan María de la Compasión y Eduardo María de la Compasión han fallecido. Nuestro pequeño oratorio está ahora al cuidado de una familia de fieles, que también perdieron a varios de sus integrantes.

Y lo que pasó en Ecuador, hermanos, es sólo una pequeña muestra de lo que seguiremos viendo y viviendo.

La Santa Sede en el Exilio, por medio del Magisterio de Su Santidad Alejandro IX, Papa en el Exilio escribió dos textos que nos servirán de guía y ejemplo a seguir.

Encíclica Sanctam Ecclesiam Catholicam sobre la Semana Santa durante la pandemia del Coronavirus.

Encíclica In plenitude Multa: sobre la obediencia a Dios y la Iglesia antes que a los gobiernos.


En estas dos encíclicas papales sobre el coronavirus o covid-19 el Santo Padre se expresó con toda claridad. Sin embargo, y ante las continuas comunicaciones que hemos recibido, por medio de este comunicado abierto a la prensa queremos dejar en clara nuestra posición oficial como Iglesia ante la actual pandemia.

El CORONAVIRUS o COVID-19 es un castigo de Dios por los pecados del hombre.
Los santos e inocentes que mueran por la enfermedad, estando en paz y comunión con la Iglesia Remanente mientras dure la pandemia, tienen garantizada la gloria celestial, especialmente si contrajeron la enfermedad realizando obras piadosas y de fe, tal como es el caso de nuestros sacerdotes y fieles en Ecuador y en tantos otros países.
El CORONAVIRUS o COVID-19 es una muestra de que queda muy poco tiempo para el Fin del Mundo.
Considerando que queda poco para el final de los tiempos, la Iglesia anima y exige que cada fiel predique y lleve el mensaje de la Iglesia Remanente a todos los que pueda. Deben usarse todos los medios posibles a fin de advertir a las personas que conozcamos sobre la Verdad de la Iglesia Remanente.
El Santo Padre Alejandro IX reafirma que la Santa Misa no será interrumpida por el CORONAVIRUS o COVID-19. En aquellos lugares dónde hay toque de queda se autorizan los cambios de horarios para que los fieles puedan asistir a las ceremonias. En virtud de la actual situación, el Decreto Mandatorias del 23 de marzo del año 2013, y la legislación ordena su aplicación mantiene toda su vigencia. No obstante, se ordena la utilización de barbijos y se respeten las normas de distanciamiento social, incluso en las filas de la comunión.
Quedan suspendidas todas las giras que Su Santidad Alejandro IX tenía planeadas para este año, hasta nuevo aviso.
El Santo Padre Alejandro IX emitirá en los próximos días una nueva modificación del decreto Mandatorias, en las que establecerá medidas preventivas.
El Santo Padre ha manifestado en muchas oportunidades que el Tiempo del Fin está Cerca, pero según su inspiración por medio del Espíritu Santo, el Tiempo está ya a las puertas y la epidemia de CORONAVIRUS es la prueba.
El Santo Padre recuerda finalmente a todos los fieles y sacerdotes: DEBEMOS OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES, pero también debemos despreciar nuestros cuerpos porque sólo le tememos al que puede matar el Alma. En este sentido, la Iglesia felicita a sus fieles y sacerdotes que han realizado trabajo de asistencia a los necesitados de pasto espiritual o alimento corporal en esta Pandemia.

Finalmente, damos a conocer que la Santa Iglesia Remanente, implora a la Santísima Virgen María, especialmente bajo las advocaciones de Nuestra Señora de la Compasión y Nuestra Señora de Todos los Pueblos a que cubra con su manto a todos sus hijos en esta hora tan aciaga, y siga animando a Su Santidad Alejandro IX en su profética tarea.


Dado en Villa María,
Lunes 27 de Abril del Año 2020
Firmado: Cardenal Emilio Javier de la Compasión


jueves, 16 de abril de 2020

Encíclica In plenitude Multa: sobre la obediencia a Dios y la Iglesia antes que a los gobiernos


Carta encíclica
In Plenitudine Multa

De Nuestro Santísimo Señor
Alejandro IX
Siervo de los Siervos de Dios



Nos, por la Gracia de Dios, Alejandro, Siervo de los Siervos de Dios, a todos los sacerdotes, obispos y patriarcas en paz y comunión con la Santa Iglesia Católica Remanente, paz, salud y bendición apostólica.

Escribimos estas letras con el profundo convencimiento de los grandísimos pesares que aqueja a nuestro pueblo, a los fieles, los verdaderos cristianos católicos tradicionalistas que reciben de parte de la Única Iglesia Verdadera los verdaderos y únicos sacramentos que pueden transmitir la Gracia. En los últimos días, las autoridades sanitarias de todo el mundo han restringido las reuniones y hasta prohibieron las reuniones en los templos. Los ministros de las falsas religiones, de las religiones y cultos apóstatas y satánicos obedecieron. Esa obediencia es muestra de que son sirvientes del Maligno, porque no pueden dar ningún consuelo espiritual a quienes aman a Dios, aún por caminos equivocados.

Sin embargo, Nos, en una carta fechada el 22 de marzo del corriente año 2020 nos dirijimos de manera secreta a todos los sacerdotes, obispos, patriarcas en paz y comunión con la Santa Sede Apostólica de Villa María, y por nuestra santísima autoridad ordenamos a la Iglesia que actuara como se actuaba en época de las catacumbas. Las autoridades civiles, lo sabemos, han inspeccionado templos o asistieron por denuncias realizadas por los infieles, pero ninguna de nuestras Iglesias, muchas de las cuales funcionan en cenáculos, hogares y monasterios fueron molestadas o interrumpidas, por lo cual, los servicios litúrgicos de la Semana Santa se realizaron sin problemas.

Por esta misma razón, y a pesar de los gravísimos dolores que atraviesa la Iglesia, y que Nos, como Vicario de Cristo estamos padeciendo con ella y con todos vosotros, Cuerpo Místico, queremos hacer llegar nuestra santísima bendición, absolución general de los pecados e indulgencia plenaria.

Animamos, en el Espíritu Santo, a todos los verdaderos fieles a permanecer en la Santa Fe Católica Remanente, a resistir los embates del Demonio y de los gobiernos que le sirven a Satanás y recordamos la obligación de respetar las fiestas de guardar, así como de guardar el Precepto Dominical. En esto se probará la fidelidad de cada uno de nosotros. O somos fieles al Estado, que no denuncia cual es el verdadero origen de esta pandemia, o somos fiel a Dios, que nos cuidará y protegerá de esta plaga, como hizo siempre con el Pueblo Santo de Dios.

Dado en Villa María,
Santa Sede Apostólica en el Exilio,
Lunes 13 de abril del año 2020 de la Gracia
Año XII de Nuestro Pontificado.

jueves, 2 de abril de 2020

Encíclica Sanctam Ecclesiam Catholicam sobre la Semana Santa durante la pandemia del Coronavirus


Carta Encíclica
Sanctam Ecclesiam Catholicam
De Nuestro Santísimo Señor
Alejandro IX
Por la Gracia de Dios
Papa de la Iglesia Católica Apostólica Remanente



La Santa Iglesia Católica Remanente es la única Iglesia Verdadera. Esta es una verdad que vosotros los fieles conocéis, pero no siempre estáis dispuestos a proclamar. En estos tiempos de crisis que estamos viviendo, en los que una nueva plaga azota a la humanidad, es necesario permanecer fieles como nunca antes a la Palabra de Dios, a la Santísima Tradición Católica, todo lo cual se resume en la obediencia y sumisión a la verdadera Iglesia.

En las últimas décadas, especialmente desde la entronización de Satanás y la apostasía de Roma hubo gran cantidad de epidemias que advirtieron a la humanidad sobre el rumbo que tomaba. Al mismo tiempo, muchas apariciones marianas nos advertían sobre la necesidad de entregarnos a la oración, la penitencia, el arrepentimiento. La Orden de Nuestra Señora de la Compasión nació precisamente de estos pedidos de la Santísima Virgen María, y en los últimos meses, al comprobar la verdad de las apariciones de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, estamos más y más convencidos de que somos la Iglesia Católica de Jesús y María, la única Iglesia en la cual se dan los cinco dogmas marianos. Estos cinco dogmas son:

La Perpetua Virginidad de María.
Divina Maternidad de la Augusta Virgen María, Madre de Dios.
La Inmaculada Concepción de María.
La Asunción en Cuerpo y Alma de la Virgen María.
Y la Corredención de la Santísima Virgen María.

Estos cinco dogmas deben ser creídos por todos los fieles. No obstante, una comisión teológica especial está trabajando en una pronta proclamación y definición sobre otros dogmas marianos que enaltecerán la devoción que los fieles tienen por la Augusta Madre de Dios, la bienaventurada Virgen María.

En medio de esta situación, en la que la Iglesia se aferra y se coloca bajo el manto protector de la Virgen María, vemos como el Coronavirus o COVID-19 avanza matando a miles de personas en todo el mundo. Gracias a Dios no tenemos noticias de fieles de la Iglesia Remanentes contagiados al momento. Tenemos a todas las familias de la Iglesia Católica Remanente en nuestras oraciones para que Dios preserve la salud de ellos. Esta situación se hace muy especial en esta Semana Santa, pues ahora los gobiernos mundiales han decretado cuarentenas, aislamientos y persiguen a quienes deciden no cumplir con estos decretos, enviándolos a la carceles o colocándoles multas.

Se nos informó, por las autoridades locales en distintas partes del mndo que nuestros centros de reuniones, nuestras capillas, parroquias y catedrales debían permanecer cerradas. Hace tan sólo una semana, una inspección del gobierno municipal se apersonó en la entrada de Villa María con una orden para realizar una inspección ocular para ver qué medidas de seguridad estábamos tomando. Naturalmente dimos la bienvenida a las autoridades seculares, mostrándoles Villa María, la Sede Apostólica en el Exilio, pero también les dejamos en claro que no aceptaríamos ser perseguidos ni vigilados. Se nos notificó que no podíamos realizar reuniones y que la Catedral de Nuestra Señora de la Compasión tendría que estar cerrada.

Nos dijimos a estos hombres: “Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres”. Les mostramos que habíamos confeccionado barbijos y tapabocas, y que los estábamos repartiendo de manera gratuita. Les mostramos los alimentos y víveres que aún nos quedaban por repartir y les aclaramos que no podíamos dejar desamparados ni espiritual ni materialmente a tantas personas.

Luego de que los inspectores se retiraron, Nos convocamos a una reunión en la Catedral, a la que asistieron todos los que estaban en Villa María. Allí, luego de una profunda oración e invocación al Espíritu Santo, Nos decidimos que las celebraciones de Semana Santa no se interrumpirían. Hemos decidido, que se recibirá a todos los fieles del mundo que tengan la posibilidad de acercarse a Villa María como venimos haciendo desde hace doce años. Sabemos muy bien que este año, por las medidas que se tomaron muchos no podrán estar, pero no será por su voluntad, sino porque los gobiernos lo impiden. No nos importa. Quienes no puedan presentarse ni a Villa María, ni a las capillas por ser interceptados por los gobiernos, quedan exceptuados de sus deberes de asistencia. No obstante, y como hemos dicho en una comunicación privada con las diócesis de Europa, las Iglesias y centros de Misa permanecerán abiertos y los sacerdotes celebrarán puntualmente los oficios para el pueblo que asista.

Es cierto, debemos obedecer a las autoridades, pero antes debemos obedecer a Dios.

En esta obediencia conviene recordar cuál es la causa del Coronavirus o COVID-19. En vano se especula si es un virus de laboratorio, o si “apareció” de casualidad. Más allá de todas esas especulaciones debemos recordar que esta enfermedad nació en China, en la China Comunista que mata a cristianos todos los días, muchos de los cuales jamás escucharon ni conocieron de la Verdadera Iglesia. Nuestros fieles allí en China nos informaron de cómo tras la pandemia del COVID-19 la persecución de las autoridades comunistas aumentó, demostrando así que el comunismo es Satánico y que no puede haber ninguna alianza con él. Muchos de nuestros fieles abandonaron las ciudades y se han refugiado en el campo.

Esta decisión de abandonar las ciudades es aplaudida por Nos. En efecto, en el año 2008 Nos decidimos que no teníamos lugar en la Ciudad de Moreno, dónde estaba el Palacio Apostólico y vinimos con obispos y sacerdotes a Villa María. Aquí vivimos en armonía con la naturaleza, creación de Dios. Trabajamos la tierra, construimos con nuestras propias manos nuestras habitaciones, edificamos… hacemos el trabajo manual dando honra y gloria a Dios. En los últimos años Villa María también acogió a familias que decidieron escapar de la locura y la muerte que implican las ciudades, llenas de homosexualidad, delitos, prostitución, propaganda abortiva y gobiernos corruptos.

El modelo de Villa María se replicó en todo el mundo y funciona. Es el modelo de Dios frente a la Ciudad del Diablo.

Y el modelo de Dios ofrece una protección frente al COVID-19 que es un nuevo castigo de Dios para el mundo.

Hermanos, en esta Semana Santa, no sólo debemos observar todas las celebraciones, sino que debemos hacerlo con más y más fervor, demostrando que no tememos ni a la plaga del COVID-19, ni a los gobiernos de Satanás que nos amenazan con la cárcel o las multas con unas cuarentenas que no son, sino, un intento de instalar una tiranía mundial. Ordenamos por lo tanto y autorizamos a no obedecer a los gobiernos seculares y les recordamos a nuestros fieles que Dios está antes, que Dios está primero y que, bajo el manto de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, encontraremos la Paz y la seguridad ante la pandemia de Coronavirus.



ALEJANDRO IX
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Dado en la Santa Sede Apostólica de Villa María
Jueves 2 de marzo del año 2020
Año XI de Nuestro Pontificado